Disfrutamos los cambios de colores que produce el otoño, recolectamos frutos y semillas, los estudiamos y cosechamos manzanas con las que cocinamos una “gelatina frutal”. Además acampamos de día, armamos refugios y compartimos muchos juegos (¡algunos tradicionales y otros no tanto!).
Hubo días en que nos dedicamos al arte y exploramos distintas técnicas y materiales, como lápices, temperas, crayones, sellos, etc.
Otros días hicimos música y jugamos con instrumentos de percusión y viento.
Algo que nos encanta es zambullirnos en el “arte dramático” y por eso muchas veces actuamos, con disfraces, con escenografía, con accesorios y algunas veces solo con nuestro cuerpo. Jugando representamos situaciones que nos gustan, que nos dan miedo, que conocemos o no, y un poco jugando y otro poco actuando: nos conocimos (a nosotros mismos y a los demás), lo que nos ayudó para consolidarnos como un grupo...o como a mí me gusta llamarlo, como un “equipo”.
¡Abril fue un éxito y todos disfrutamos de las tardes juntos!
¡Hasta los próximas expediciones!
Matu